Científicos argentinos hallaron en la Patagonia los
restos de un dinosaurio carnívoro que abre un nuevo linaje en su especie. Gualicho Shinya es el nombre con el que fue bautizado
el último dinosaurio carnívoro hallado en la Patagonia.
El hallazgo fue develado el 13 de Julio de 2016 en el Polo Científico argentino al mundo entero; y sin duda abre un nuevo paradigma paleontológico a nivel global.“Gualicho” abre un nuevo linaje en su especie.
El hallazgo fue develado el 13 de Julio de 2016 en el Polo Científico argentino al mundo entero; y sin duda abre un nuevo paradigma paleontológico a nivel global.“Gualicho” abre un nuevo linaje en su especie.
La réplica del nuevo dinosaurio fue expuesta en la
sede del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación ,en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Los materiales fósiles originales (con la numeración MPCN PV 0001) se encuentran en el Museo Patagónico de Ciencias Naturales de General Roca, y en el Museo provincial Carlos Ameghino de la ciudad de Cipolletti, en Río Negro.
Los materiales fósiles originales (con la numeración MPCN PV 0001) se encuentran en el Museo Patagónico de Ciencias Naturales de General Roca, y en el Museo provincial Carlos Ameghino de la ciudad de Cipolletti, en Río Negro.
Los restos del dinosaurio Gualicho fueron
desenterrados en un campo situado en el embalse Ezequiel Ramos Mexía, en la
provincia de Río Negro, justo frente a la localidad neuquina de El Chocón, en
2007.
Este aporte científico representa una transformación
de lo conocido hasta el momento para la ciencia paleontológica. Es la primera
especie perteneciente a un grupo jamás registrado en Sudamérica que reviste
interés a escala internacional. Su posible parentesco con el terópodo africano
Deltradomeus -por escápula, fémur y fíbula- de las rocas cretácicas de Kem Kem
en Níger, país ubicado en África Occidental, añade un elemento más al nivel de
semejanzas biogeográficas entre ambos descubrimientos a ambos lados del joven
océano Atlántico.
Este acontecimiento potencia además la teoría de la separación continental por las
composiciones similares de hallazgos fósiles en ambas capas continentales: la
formación Huincul donde se encontraron restos de Gualicho comparte con Kem Kem
grupos de dinosaurios que incluyen a los carcadontosáuridos, abelisáuridos,
dromeosáuridos y rebaquisáuridos.
El hallazgo de Gualicho develó la aparición de un
nuevo linaje, establecido en el hemisferio sur:
"Encontramos un elefante bajo la alfombra", se entusiasmó Apesteguía, el paleontólogo argentino e investigador del CONICET que dirige el área de Paleontología de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara. "Este es un grupo de dinosaurios completamente nuevo, esperábamos hallar alguno como el carnosaurus o giganotosaurus, pero en cambio apareció algo completamente diferente, un linaje que no conocíamos. Es un comienzo para poder entender un nuevo tipo de dinosaurios carnívoros", reveló el investigador que lideró la expedición.
"Encontramos un elefante bajo la alfombra", se entusiasmó Apesteguía, el paleontólogo argentino e investigador del CONICET que dirige el área de Paleontología de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara. "Este es un grupo de dinosaurios completamente nuevo, esperábamos hallar alguno como el carnosaurus o giganotosaurus, pero en cambio apareció algo completamente diferente, un linaje que no conocíamos. Es un comienzo para poder entender un nuevo tipo de dinosaurios carnívoros", reveló el investigador que lideró la expedición.
El trabajo fue publicado en el último número de la
prestigiosa revista científica Plos One bajo el título "Un inusual
terópodo nuevo con manos de dos dedos, procedente del Cretácico Superior de
Patagonia". El espécimen hallado consiste en un esqueleto parcial de un
terópodo de seis metros de longitud que comprende vértebras de la espalda,
parte de la cola, omóplato y brazo izquierdo completo, parte de la pelvis y de
ambas piernas. Que haya sido descubierto articulado responde a la certificación
de que se trate de una unidad de estudio completa, del encuentro con un nuevo fósil
de dinosaurio.
El por qué de su nombre: Gualicho Shinya obedece a su esencia, a su épica, y honra a la antigua diosa "Watsiltsüm" del pueblo tehuelche, considerada la dueña de los animales y el viento y que habitaba la tierra donde fueron encontrados los fósiles. Luego, con la evangelización del cristianismo, la diosa sufrió la reinterpretación religiosa y se la considera en la actualidad una entidad demoníaca y una representación de la maldición o la mala suerte. Y su segundo nombre iguala el apellido de Akiko Shinya, la jefa preparadora de fósiles del Field Museum of Natural History de Chicago, Estados Unidos. Akiko halló el 13 de febrero de 2007 el esqueleto casi completo de un dinosaurio carnívoro, luego bautizado Gualicho Shinya en honor a su contribución paleontológica.
El por qué de su nombre: Gualicho Shinya obedece a su esencia, a su épica, y honra a la antigua diosa "Watsiltsüm" del pueblo tehuelche, considerada la dueña de los animales y el viento y que habitaba la tierra donde fueron encontrados los fósiles. Luego, con la evangelización del cristianismo, la diosa sufrió la reinterpretación religiosa y se la considera en la actualidad una entidad demoníaca y una representación de la maldición o la mala suerte. Y su segundo nombre iguala el apellido de Akiko Shinya, la jefa preparadora de fósiles del Field Museum of Natural History de Chicago, Estados Unidos. Akiko halló el 13 de febrero de 2007 el esqueleto casi completo de un dinosaurio carnívoro, luego bautizado Gualicho Shinya en honor a su contribución paleontológica.
Pasos de la investigación:
Los primeros pasos se dieron en 1999, cuando el equipo de Apesteguía encontró huesos de dinosaurios y troncos petrificados en un campo situado al borde del embalse Ezequiel Ramos Mexía, frente a la localidad neuquina de Villa El Chocón. Pero no fue hasta 2007 cuando un grupo de investigadores, liderados por la paleontóloga japonesa Akiko Shinya, se desplazaron hasta el lugar para buscar todos los restos, lo que permitió encontrar el esqueleto casi completo del dinosaurio. Sin embargo, un accidente de uno los vehículos destinado a transportar los huesos frenó la investigación temporalmente y el dinosaurio quedó en el lugar protegido con yeso.
Luego, misteriosamente, el dinosaurio desapareció, hasta que en 2012 se descubrió que el fósil estaba en manos del personal del Museo Patagónico de Ciencias Naturales de Río Negro -donde todavía permanece-, que lo cedió al equipo de trabajo original. Sorteadas las numerosas dificultades, el equipo de paleontólogos reinició los trabajos para reconstruir la identidad del ejemplar.
Sebastián Apesteguía, paleontólogo argentino,quien lideró el equipo que halló e investigó los restos fósiles, participó el 13 de julio de 2016 en la presentación de este nuevo ejemplar en la capital argentina, durante un acto en el que explicó los detalles del descubrimiento y destapó una réplica del ejemplar.
Una de las posibles hipótesis de parentesco que
manejan, dijo el científico, es que el ejemplar tenga una identidad semejante a
la del Deltadromaeus africano de la misma época, por la similitud de muchos de
sus huesos, aunque, apuntó, "del Gualicho se conocen brazos y del grupo
africano, no". El hallazgo cobra relevancia internacional dado este
dinosaurio no está ligado a los ya conocidos. Además, resaltó el atractivo particular que genera la paleontología en la mente de los
niños, a la que consideró la vidriera más atractiva para atraer a las futuras
generaciones a la actividad científica. No
obstante, ambos especímenes difieren en el largo y forma del húmero.
El estudio contó con la colaboración de la argentina
Universidad Maimónides, así como del gobierno de la provincia de Río Negro en
Argentina y del Instituto de Dinosaurios del Museo de Historia Natural de Los
Ángeles.
Cabe destacar que, con la profesionalización de la
paleontología en Argentina, la fundación de la Asociación Paleontológica
Argentina, la contribución de la Agencia de Promoción Científica y Tecnológica
y el CONICET, se formó un importante grupo de profesionales y críticos que
permitieron mejorar la calidad de los trabajos, potenciando la importancia de
que los materiales fósiles lleguen a las manos de profesionales.
Posee una mano con el tercer dígito reducido a una
férula metacarpiana parecida a los tiranosáuridos. Los investigadores
locales presentaron el descubrimiento de Gualicho como un ejemplar de una especie perteneciente a un grupo jamás registrado
en el hemisferio sur: un carnívoro de dos dedos.
Hace 90 millones de años en lo que hoy es la
Patagonia vivían los mayores dinosaurios herbívoros del mundo (titanosaurios),
los veloces iguanodontes que escapaban de carnívoros de todo tipo, desde
pequeños emplumados hasta colosales carcarodontosáuridos, y en el medio
terópodos medianos como los abelisáuridos y ahora, Gualicho.
“Lo que encontramos conforma un esqueleto parcial de
un terópodo de 900 millones de años, que tuvo unos 6 metros de longitud y un
peso medio de más de 450 kilos y que pudo formar parte de un grupo emparentado
con los carcarodontosaurios, los mayores animales carnívoros de la especie que
poblaron el hemisferio sur”, explicó Sebastián Apesteguía.
Fuentes: http://www.vanguardia.com