Edgar Morin propone
una reforma del pensamiento.
El filósofo y
sociólogo francés participó en ciclo de conferencias "La Educación que
queremos"
Edgar Morin
pronunció "Los siete saberes necesarios
para la educación de futuro", dentro del ciclo de conferencias,
organizado por la Fundación Santillana.
Para el
filósofo, sociólogo e investigador, una reforma de la educación pasa por una
reforma del pensamiento.
Edgar Morin
durante su intervención en este ciclo de conferencias.
"Los siete
saberes necesarios para la educación de futuro" alude a su última obra,
con la que Edgar Morin cierra el ciclo pedagógico que había iniciado en 1999
con dos libros, "La mente bien ordenada" y "Relacionar los
conocimientos: el desafío del siglo XXI", trilogía que refleja las bases
de su pensamiento sobre la educación.
Este
investigador reflexiona sobre la inadecuación que existe entre nuestros
conocimientos, que son cada vez más especializados y fragmentados, y los
problemas a los que debemos enfrentarnos, que son cada vez más complejos y
globales.
Según Morin, a
este desajuste contribuye el sistema educativo con sus divisiones en Ciencias y
Humanidades, con sus departamentos cerrados y sus disciplinas aisladas, con sus
métodos que, desde la misma Primaria, tienden a aislar a los objetos de su
entorno.
El autor de
"El Método", aboga por una reforma en profundidad de la educación que
tiene como núcleo fundamental una reforma del pensamiento. "Se trata de
reemplazar un pensamiento que separa y reduce por otro que distingue y
enlaza", explica. El modelo de esta reforma son las ciencias que, como la
Ecología o la Astrofísica, trascienden los límites de las disciplinas y aportan
esquemas cognitivos capaces de captar la complejidad de lo real.
La
incertidumbre
La reforma del
pensamiento constituye el eje de "Los siete saberes necesarios para la
educación del futuro", pero el análisis se completa con el estudio
detallado de otros "saberes necesarios", que constituyen fines de la
educación y, al tiempo, temas en torno a los que articular las disciplinas:
enseñar la condición humana, enseñar la identidad terrenal, enseñar a
enfrentarse a las incertidumbres y enseñar la comprensión.
"La
educación tiene que afrontar la incertidumbre. Se nos dan muchos conocimientos
y datos como ciertos, pero tanto la ciencia como la vida nos enseñan que la
incertidumbre es un elemento fundamental. De ahí que en el aprendizaje tengamos
que jugar con lo incierto", afirma.
Para Morin,
"enseñar la democracia y la ciudadanía terrestre son elementos básicos de
una ética del género humano, cuyo imperativo central es salvar a la Humanidad
realizándola".
No obstante, se
cuestiona la necesidad de conocer la identidad humana: "Nuestra condición
no se aprende en ningún sitio. Las ciencias están demasiado separadas entre sí.
Un sociológo no ve lo que ocurre en el alma individual, y un psicólogo no ve la
sociedad. Por tanto, hay que religar las disciplinas, al modo que nos inspiran
las grandes novelas".
Morin apuesta
por una enseñanza de la comprensión entre humanos desde el seno familiar y
define al ser humano como "un ser interdependiente, responsable y
solidario, que afronta los mismos peligros por pertenecer a la misma comunidad".
Fuente: Comunidad
escolar. Periódico digital de información educativa.